Este postre de fresas y queso es muy sencillo de preparar y queda muy lucido para una reunión con amigos.
Tiene además la ventaja de que si estás apurad@ de tiempo lo puedes preparar de un día para otro, dejándolo en su molde y presentando en el último momento. Y no dejes de acompañarlo con la salsa de fresas, la combinación de sabores lo convierte en un postre aún más delicioso y apetecible.
Mousse de queso y fresas: los ingredientes
para la salsa:
Mousse de queso y fresas: como se hace
Poner en remojo las hojas de gelatina.
Mientras están listas, batimos el queso fresco y el azúcar hasta que queden bien mezclados.
Montamos bien firme la nata.
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Cuando estén hidratadas las hojas de gelatina, las mezclamos con el zumo de limón y las calentamos unos segundos en el microondas de forma que queden disueltas (con cuidado de que no lleguen a hervir, porque si no toman un sabor amargo).
Incorporamos a la mezcla de queso y azúcar y volvemos a batir.
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Incorporamos ahora la nata montada, con movimientos suaves y envolventes para que no se baje y quede una mousse de queso esponjosa.
Vertemos en un molde y metemos a enfriar en la nevera hasta que cuaje.
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Para la salsa: limpiamos y cortamos las fresas. Batimos junto con el azúcar y el zumo de limón. Si no te gusta encontrar los granitos de las fresas, cuela la salsa para que quede más fina.
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Para servir desmoldamos en una fuente y adornamos con unas láminas de fresa y parte de la salsa.
Al sevir en platos individuales cubrimos con salsa cada porción.