Las croquetas de jamón ibérico son una de esas recetas que no pasa de moda y que, del mismo modo, nos resuelve la comida de un día, un detallito para una cena especial o ese tentempié ideal para cuando llegan los invitados. Son un auténtico lujo, ya que además de muy sabrosas, se trata de una elaboración con productos naturales y que podremos adaptar más o menos a nuestros gustos.
Probablemente, una de las recetas más icónicas de la gastronomía casera de España sean las croquetas de jamón. Un mix perfecto entre la suavidad de la bechamel, el toque salado del jamón y el crujiente del empanado al que, una vez que le hayamos cogido el truco, no podremos parar de repetir. Y en el día de hoy os daremos todas las claves para que, a partir de hoy, podáis preparar estas ricas croquetas en vuestra casa.
Para esta receta en concreto de croquetas, nosotros os recomendamos que utilicéis algún jamón como el Jamón Legado de El Pozo, una serie de piezas de calidad excepcional con las que, sin ninguna duda, lograremos unas croquetas de muerte. Gracias a este exquisito jamón ibérico conseguiremos unas croquetas con una potencia de sabor superior que, sin ningún problema podrán parecerse a las que podríamos encontrar en cualquier restaurante de alta gama.
Si quieres saber cómo conseguir estas maravillosas croquetas de jamón que enamoran a todo el que las prueba, no te puedes perder esta increíble receta que hoy hemos preparado para ti. Además, seguro que prácticamente cuentas en casa con todos los ingredientes que hacen falta para prepararlas, por lo que, aparta las excusas y empieza ahora a disfrutar de unas sabrosas y magníficas croquetas caseras de jamón ibérico.
Ingredientes para 4 personas
- 250 gramos de jamón ibérico
- 50 gramos de mantequilla
- 2 cucharadas de harina de trigo
- 800 ml de leche (mejor si es entera)
- 2 huevos
- Nuez moscada
- Pimienta negra molida
- Pan rallado (o panko)
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
- Un colador pequeño para tamizar la harina
Pasos y preparación
El siguiente paso sería poner un cazo en el fuego y echar en él los 800 ml de leche entera. Una vez empiece a coger temperatura, añadimos al cazo todo el jamón, bajamos el fuego al mínimo y lo dejamos todo ahí por unos 10 minutos. Así, la leche de aromatizará y el jamón quedará más jugoso. Pasado este tiempo, retiramos el jamón de la leche y reservamos.
En una sartén a fuego medio pondremos a derretir los 50 gramos de mantequilla. Mientras se funde, iremos colocando al lado de la sartén la harina y el colador para tamizarla y evitar que queden grumos.
Es muy importante, a la hora de hacer una bechamel, que en la sartén haya siempre una mezcla que tire a líquida, es decir, mejor si hay más cantidad de mantequilla que de harina, ya que si no se harán muchos grumos.
Cuando la mantequilla se haya derretido por completo, incorporamos la harina (que podemos tamizar directamente encima de la sartén) y removemos por unos 5 minutos, para que la harina se fría. Cuando la harina haya cogido un tono más dorado, empezamos a incorporar, en varias tandas, la leche que habíamos calentado junto al jamón.
Seguimos removiendo durante unos 10 minutos, añadiendo la leche, hasta que tengamos la bechamel en el punto que queremos. Una vez aquí, aprovecharemos para incorporar la sal, la pimienta negra molida y un poquito de nuez moscada al gusto.
Finalmente, con el fuego ya apagado y la bechamel lista, añadimos a la mezcla el jamón que habíamos reservado y removemos para que se distribuya por toda la bechamel.
Pasamos toda la mezcla a una bandeja y dejamos que enfríe en la nevera varias horas o, si tenéis algo de prisa, en el congelador por 20 minutos.
Cuando la masa esté fría, la sacamos y empezamos a hacer porciones con ella, dándoles la forma que más nos guste. Mientras vamos empanando las croquetas, ponemos bastante aceite de oliva a calentar en un cazo a fuego alto.
Pasamos cada una de las croquetas por huevo batido y pan rallado y, cuando el aceite esté bien caliente, las freímos. Cuando hayan cogido un tono más dorado, las sacamos y reservamos sobre un papel de cocina absorbente.
Presentación y acompañamiento
Finalmente, solo nos quedará sacar nuestras croquetas del papel absorbente donde hayan estado escurriendo el aceite y pasarlas a un plato grande o una fuente. A nosotros nos encanta decorarlas con un poco de cebollino picado por encima, para darles un toque de color.
Sin embargo, podéis aprovechar y combinar estas croquetas con algo de verduras, como una ensalada de tomate y lechuga, con una ricas patatas paja o, simplemente, con un poco de mayonesa o alioli.
Como habéis visto, las opciones son casi infinitas y nos permiten tener listas estas croquetas de jamón para cualquier ocasión en las que las necesitemos. Además, sin ningún problema, podemos hacer una tanta de 20 o 30 croquetas y congelarlas, para que siempre estén listas para freír.
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